domingo, 24 de agosto de 2008

Origen de los Sentimientos Negativos. Hijos Triunfadores, de Nancy Van Pelt


Todo esto se inicia desde los tiernos tiempos de la niñez cuando el padre o la madre o cualquier persona que participe de manera importante en la formación del niño, y le añade al momento de reprenderlo palabras como estas: "no lo hagas, niño malo, porque eso es algo malo que no debes hacer. Eres un niño perverso". Esas palabras y otras parecidas rebajan los sentimientos de dignidad del niño: malo, lento, feo, estúpido, perverso, tonto, ridículo, torpe y retardado. Las siguientes frases contribuyen a que el niño forme una imagen muy negativa de sí mismo. "Nunca haces nada bien", "Siento vergüenza de Tí", o "¿Qué pasa contigo?" El niño que se ve atacado por una descarga contínua de expresiones humillantes, juntamente con actitudes no verbales de falta de respeto o de descuido emocional, empieza a sentirse avergonzado y descontento consigo mismo. Comienzan a brotar en su mente semillas negativas como éstas: "No sirvo para nada", o "Nunca podré hacer lo que mis padres esperan de mí".
Es penoso pero la estructura de una gran suma sociedades se prestan para esta clase de sentimientos...
Espero que asi como el otro comentario de los Hijos Triunfadores sirva igual de reflexión...

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